Pobreza intergeneracional en el estado de Oaxaca

Intergenerational poverty in the state of Oaxaca

Ana Luz Ramos- Soto
Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca
analuz_606@yahoo.com.mx
Rosa María Velásquez Sánchez
Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca
romavesa205@yahoo.com.mx

Resumen
La pobreza ha aumentado en 24 estados de México. Durante el cuarto trimestre de 2014 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) informa que en cinco entidades el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) reporta incrementos por arriba del 10 % anual, dentro de los cuales se encuentra el estado de Oaxaca. El objetivo general de este trabajo es identificar la pobreza intergeneracional en el periodo de estudio de 1990 a 2015 en el estado de Oaxaca, así como las consecuencias de la misma. La metodología de investigación es cuantitativa de gabinete con información de fuentes secundarias, el diseño del marco teórico se basó en trabajos de investigación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la hipótesis que guía el trabajo es que el diseño de las políticas redistributivas implementadas en el combate a la pobreza en el estado de Oaxaca no han dado los resultados esperados dado que existe una pobreza que se ha heredado de generación en generación.

Palabras clave: pobreza, intergeneracional, políticas.

Abstract
Poverty has increased in 24 states of Mexico during the fourth quarter of 2014. The National Council for the Evaluation of Social Development Policy (CONEVAL) informs that in 5 entities the Poverty Labor Trend Index reports increases 10 % a year, within which is Oaxaca State. The main objective of this research is to identify the intergenerational poverty in a study period between 1990 and 2015 in the Oaxaca State, and its consequences. The methodology of the research is quantitative cabinet with secondary sources of information. The theorical framework was based on research works of the International Labour Organization (ILO), the hypothesis that guides this work is that the design of the redistributive policies implemented in Oaxaca State against the poverty haven´t given the expected results because of the poverty is inherited across generations.

Keywords: poverty, intergeneracional, politics.

Fecha recepción:   Octubre 2014           Fecha aceptación: Diciembre 2014


Introducción
Marco conceptual

En las definiciones propuestas para el término “pobreza” generalmente se relacionan conceptos como escasez de recursos, ingresos nulos o bajos, calidad de vida, entre otros. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2014) considera a una persona en pobreza cuando sus ingresos no le permiten adquirir los productos de la canasta básica. Mientras que para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es aquella parte de la población que por su nivel de ingresos no puede adquirir vivienda, alimento, salud y educación, de manera que no logran la satisfacción de sus necesidades económicas, sociales y culturales.

La Secretaría de Desarrollo Social define a la pobreza como “un nivel de vida que no puede ser alcanzado" (SEDESOL, Secretaría de Desarrollo Social, 2014); el nivel de vida de una persona se mide a través de distintos factores, tales como: “1) el ingreso corriente; 2) los activos no básicos y la capacidad de endeudamiento del hogar; 3) el patrimonio familiar, entendido como el conjunto de activos y bienes durables que proporcionan servicios básicos; 4) el acceso a bienes y servicios gratuitos; 5) el tiempo libre y el disponible para trabajo doméstico, educación y reposo, y 6) los conocimientos de las personas, no como medio para la obtención de ingresos sino como satisfactores directos de la necesidad humana de entendimiento y como indicadores directos del grado de desarrollo cognitivo del ser humano” (Boltvinik, 2003). La pobreza está relacionada con estos seis puntos; sin embargo, para fines de estudio se utiliza principalmente como parámetro el ingreso que perciben los individuos.
Sin embargo, cabe mencionar que el concepto de pobreza no solo se puede definir a través del nivel de ingresos económicos, ya que el bienestar de una persona incluye otros aspectos: alimentación, educación, servicios básicos, vivienda, vestido, etcétera. Según el CONEVAL (2014), una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
Tal como lo menciona Paul Spicker, “los debates sobre la pobreza han estado encapsulados por un formalismo académico artificial, el cual ha insistido en que debe existir un núcleo común de significados… Sin embargo, la pobreza no tiene un significado único. Contiene una serie de significados relacionados a través de una serie de similitudes”.
Tres aspectos que han formado parte de las definiciones de pobreza y que dan pauta a su mayor esclarecimiento, de acuerdo con Arriagada (2000), son los siguientes:

“Uno de los principales exponentes de esta corriente de reflexión (Moser, 1998) ha sostenido que el foco de atención debe radicar en la administración de los activos que disponen los sectores de menores recursos para efectos de mitigar los riesgos de deterioro de su bienestar” (Arriagada, 2000).
Algunos autores cepalinos como Katzman (1999), señalan tres tipos de vulnerabilidad:

“La vulnerabilidad y, consiguientemente, la pobreza, podrían modificarse positivamente por apoyos al proceso de movilización de activos de los pobres” (Barahona, 2006).

Al respecto, Arriagada menciona que si se toman como referencia los elementos que generan la exclusión, vulnerabilidad e inseguridad en el análisis de la pobreza, se pueden obtener resultados más precisos sobre dicho fenómeno.

Tipos de pobreza
La pobreza es un fenómeno que se ha presentado a lo largo de los años en distintos lugares geográficos; es decir, aunque una zona urbana tenga ventajas competitivas con respecto a una rural, no significa que los habitantes de una ciudad tengan una mejor calidad de vida. Por ende, el estudio de estos dos tipos de pobreza (urbana – rural) es necesario, ya que de esa manera las causas y las condiciones de dicho problema se pueden contrarrestar con los programas adecuados.
Según Boltvinik (2000), la pobreza será un fenómeno predominantemente rural o urbano en función de tres variables: el nivel de corte urbano o rural, la definición diferencial de las líneas de pobreza entre los medios urbano o rural y el nivel absoluto de las líneas de pobreza utilizadas.

El estudio del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, FIDA (1993), se ha utilizado como referencia en relación al enfoque metodológico que adopta para conocer los niveles de pobreza rural. “Su concepción de la pobreza queda explícita al afirmar que la pobreza no es un estado de las personas, sino el efecto de procesos dinámicos; la pobreza es una condición social, no un fenómeno personal” (Dubois, 2014).
El empobrecimiento de las zonas rurales se debe a los procesos institucionales, la falta de acceso a la tierra, la distribución desigual en los sistemas de aparcería y tenencia de la tierra, los mercados subdesarrollados, la falta de acceso al crédito y a los insumos, la falta de instituciones de base que promuevan la participación popular, los factores que condicionan el crecimiento agrícola (como la asignación del gasto público y las políticas macroeconómicas), etcétera. Otra de la causas del empobrecimiento, “el dualismo derivado de la persistencia de estructuras de producción dependientes del mercado mundial, hace que las mejores tierras se asignen a cultivos de exportación, mientras que los campesinos y pastores pequeños y marginales deben resignarse a las tierras menos productivas” (Dubois, 2014).
Otros factores que generan el empobrecimiento rural mencionados por el FIDA (1993) están los siguientes: el crecimiento de la población, los bajos niveles de educación, el aislamiento geográfico y la falta de acceso a las comunicaciones, la gestión de los recursos y la ordenación del medioambiente, la discriminación de género contra la mujer, los factores culturales y étnicos, los mecanismos de intermediación explotadores, la fragmentación política interna y los conflictos civiles, y los factores internacionales.
La pobreza urbana al igual que la pobreza rural se ha manifestado al mismo tiempo, pero la magnitud de cada una es distinta. Uno de los factores que provoca la expulsión de personas del campo a la ciudad es la búsqueda de una mejor calidad de vida, razón que podría considerarse una de las causas de la pobreza urbana ya que la hace crecer mediante nuevos procesos de empobrecimiento, pues no toda la población que se desplaza encuentra oportunidades dentro del mercado de trabajo.
Según Moser (1993), existen cuatro categorías de análisis para las diferentes dimensiones de la pobreza urbana:

Uno factor considerado causa de pobreza en zonas urbanas es la posición de la cabeza de familia dentro del mercado laboral, “el que su relación laboral sea estable o no, los niveles de ingreso que percibe, su capacidad para desempeñar diversos tipos de trabajo más o menos cualificado, etcétera, son las referencias decisivas” (Dubois, 2014); de igual manera, se observa que el mercado de trabajo desempeña un papel importante en la generación de la pobreza urbana, entendiendo que el entorno del mercado de trabajo comprende a aquellas “instituciones, organizaciones sociales y marco político que permiten entender el comportamiento de dicho mercado a corto, medio y largo plazo, con respecto a las posibilidades de la población de alcanzar los ingresos necesarios” (Dubois, 2014).
Para Dubois (2014), los procesos de empobrecimiento urbano se diferencian de los de las zonas rurales en:

Moser (1998) menciona otras tres diferencias:

Pobreza intergeneracional
Sobre todo, la pobreza intergeneracional se debe a la educación y la economía. Con relación a la educación, una población bien educada reduce sus posibilidades de vivir en pobreza. Personas cabezas de familia con solamente el certificado de nivel secundaria o su equivalente, pueden contribuir a que sus hogares tengan más probabilidades de ser pobres. Si las escuelas urbanas reciben sistemáticamente profesores menos cualificados que sus contrapartes suburbanas, se infiere que no ofrecen una educación de calidad, aumentando las probabilidades de sus alumnos de vivir en pobreza. Asimismo, se presume que los hijos de los habitantes de las zonas urbanas se empobrecen como resultado de la privación social y económica que vivieron durante su infancia y adolescencia, lo cual tiene un efecto duradero en los individuos, dificultando a los niños que crecen en familias de bajos ingresos escapar de la pobreza cuando llegan a la etapa adulta. De esa manera se echa a andar el ciclo de pobreza intergeneracional. El padre, que ha sido víctima de las circunstancias, no recibió educación de calidad y, por lo tanto, no pudo encontrar un empleo mejor remunerado, así que no ha podido escapar de la pobreza. El niño, al vivir en la misma área, a su vez carece de una educación de calidad, perpetuando así la pobreza (OIT).
Medición de la pobreza
En México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es el organismo público encargado de medir la pobreza. Dicho organismo se basa en ocho indicadores:

El método que se ha utilizado para medir la pobreza al paso de los años no ha sido uniforme, ya que de acuerdo al contexto en que se realizaron las mediciones no se incluyeron algunos elementos que influyen en su comportamiento.

En la línea de pobreza se mide el gasto anual de una persona en bienes alimentarios y no alimentarios (vivienda, transporte, educación, salud, etcétera).
La medición de la pobreza partir del ingreso de los hogares está sujeta a varias discusiones importantes. “Dado que la líneas de indigencia son transformadas automáticamente en líneas de pobreza, se ha planteado que este modelo obvia la necesidad de cuantificar el costo de una canasta normativa de satisfactores adicionales a los alimentarios, situación que resulta en una subestimación de la pobreza no-indigente, particularmente en las áreas urbanas donde los costos pueden ser bastante más elevados que el límite supuesto” (Arriagada, 2000).
Para la línea de pobreza, Julio Boltvinik desarrolló en 1982 una variante: “la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales (CBSE)”, con la que se diferencian los bienes no durables y durables. La suma de los costos anuales constituye el costo anual de la CNSE. Este constituye la línea de pobreza, que se compara con los ingresos o el consumo del hogar para definir si el hogar es pobre o no.
El resultado de la línea de pobreza se compara con los ingresos de los hogares. Este cálculo se realiza por cada decil, según el tamaño y composición de los hogares.
Como ya se mencionó, dicho método mide la pobreza a partir de los ingresos mínimos que percibe una persona. La incidencia de la pobreza es el indicador más usado y corresponde al número o porcentaje de individuos cuyo ingreso es insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas.
Larrañaga (2007) menciona que una de las ventajas de medir la satisfacción de las necesidades por medio de los ingresos, consiste en que la información es obtenida de un solo indicador.
Algunos de los indicadores utilizados como complemento en el análisis de la pobreza por ingresos, son:

El mejor indicador de salud en el contexto de la pobreza multidimensional es: “la esperanza de vida ajustada por calidad y desagregada según estrato socioeconómico” (Larrañaga, 2007). Dicho indicador requiere combinar información de los dos tipos de datos descritos.

Entre las características de una vivienda se toma de referencia la superficie construida, la calidad de los materiales utilizados y el acceso a infraestructura básica. “Una buena vivienda es aquella que facilita la vida familiar, otorga espacios de privacidad, brinda seguridad, contribuye al cuidado de la salud a través de ambientes temperados e higiénicos, a la vez que provee los espacios adecuados para el estudio” (Larrañaga, 2007).

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC, 1984), el método de NBI consiste en verificar si los hogares han satisfecho una serie de necesidades previamente establecidas, considerando pobres a aquellos que no lo han logrado.
Dentro de este se utilizan las características de los hogares que presentan alguna privación y se encuentren asociadas con la pobreza (tomando como referencia los seis indicadores de nivel de vida de Boltvinik). No solo se utilizan como parámetros las condiciones de los hogares sino también las del país, utilizando indicadores como hacinamiento, vivienda inadecuada, abastecimiento inadecuado de agua, carencia o inconveniencia de servicios sanitarios, inasistencia a escuelas primarias por parte de menores en edad escolar, y un indicador indirecto de capacidad económica; asimismo, la CEPAL toma como referencia a estos indicadores para medir las necesidades básicas de los hogares, cuyos datos son obtenidos a partir de las cuentas realizadas (en el caso de México se pueden obtener mediante censos de población y vivienda).

Este método fue desarrollado por Katzman, quien lo relacionó con la Línea de pobreza y el método NBI. Según Boltvinik (2014), se fundamenta en:

¿Por qué se integra la línea de pobreza con NBI? Una de las razones principales es porque estos dos métodos solo mide la satisfacción de las necesidades humanas mediante el ingreso que una persona obtiene, y porque en sus “aplicaciones usuales, elige indicadores de satisfacción de necesidades que dependen básicamente en América Latina de la propiedad de los activos de consumo (vivienda) o de los derechos de acceso a servicios gubernamentales, por lo cual implícitamente deja de tomar en cuenta las demás fuentes de bienestar” (Larrañaga, 2007).
Resultados de la investigación
El área de estudio comprende el estado de Oaxaca, ubicado en la región sur sureste de la República Mexicana, actualmente tiene 3 801 962 habitantes (INEGI, 2015).
En la tabla 1 se observa que los niveles de pobreza de más de la mitas de la población de Oaxaca en el periodo de estudio ascendieron al 76.5 %, y para el año 2000 disminuyeron a 71.9 %. De acuerdo con la división geográfica de Oaxaca en 570 municipios ubicados en ocho regiones geográficas, en el año 2000 la región de la Cañada es la que mostró el porcentaje más alto con 90.2 %, siguiéndole las regiones Sierra Norte y Sierra Sur: por su parte, la región que presentó menor porcentaje de condiciones de pobreza fue Valles Centrales, donde se redujo de manera importante en la década de 1990 a 2000 (de 71.7 % a 57.4%).
En tres regiones del área de estudio aumentó el nivel de pobreza en esa década: el Istmo en 1990 con 63.7% y en 2000 con 68.8 %; en la Sierra Norte, 86.4 % de la población vivía en 1990 en condiciones de pobreza y aumentó a 89.1 % en 2000; en último lugar se posicionó la Cañada con un aumento de 88.9 % a 90.2%.

Tabla 1. Porcentaje de la población en condiciones de pobreza.

Concepto

1990

2000

México

63.2

51.0

Oaxaca

76.5

71.9

Valles Centrales

71.7

57.4

Istmo

63.7

68.8

Tuxtepec

77.4

76.2

Mixteca

83.1

76.8

Costa

79.3

77.1

Sierra Sur

86.4

85.4

Sierra Norte

87.4

89.1

Cañada

88.9

90.2

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

Una de las causas de la pobreza intergeneracional es la educación. Como se puede observar en la tabla 2, el grado de escolaridad del estado de Oaxaca en la primera década de estudio fue en promedio de 5.6 %, mientras que la Región de la Cañada mostró el nivel más bajo en escolaridad con 3.6%, lo que significa que su población ha cursado hasta el tercer o cuarto año de nivel primaria.   

Tabla 2. Indicadores de educación

Concepto

Porcentaje de la población analfabeta de 15 años o más

Porcentaje de la población de 6 a 14 años que no sabe leer ni escribir

Grado promedio de escolaridad

 

1990

2000

1990

2000

1990

2000

México

12.4

9.5

12.3

12.3

6.6

7.5

Oaxaca

27.5

21.5

17.0

18.3

4.6

5.6

Valles Centrales

16.8

12.1

11.3

12.3

4.8

5.8

Istmo

24.3

20.0

14.1

13.8

5.2

6.0

Tuxtepec

25.3

21.0

18.4

21.0

3.9

4.6

Mixteca

31.3

24.2

15.8

17.2

3.8

4.8

Sierra Norte

33.0

27.5

19.9

21.6

3.8

4.5

Sierra Sur

35.2

27.6

20.2

21.5

3.3

4.2

Costa

36.0

27.7

20.5

22.4

3.7

4.8

Cañada

44.6

38.7

28.0

29.1

2.9

3.6

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El CONEVAL muestra los resultados de la medición de la pobreza a nivel municipal. Estimar la pobreza a nivel municipio contribuye a fortalecer la rendición de cuentas en el país y a mejorar la planeación de la política de desarrollo social.
Los municipios que en 2010 presentaron el mayor porcentaje de población en pobreza fueron los siguientes: San Juan Tepeuxila, Oaxaca (97.4 %); Aldama, Chiapas (97.3 %); San Juan Cancuc, Chiapas (97.3 %); Mixtla de Altamirano, Veracruz (97.0 %); Chalchihuitán, Chiapas (96.8 %); Santiago Textitlán, Oaxaca (96.6 %); San Andrés Duraznal, Chiapas (96.5 %); Santiago el Pinar, Chiapas (96.5 %); Sitalá, Chiapas (96.5 %), y San Simón Zahuatlán, Oaxaca (96.4 %).
Los municipios que en 2010 presentaron el menor porcentaje de población en pobreza fueron los siguientes: Benito Juárez, Distrito Federal (8.7 %); San Nicolás de los Garza, Nuevo León (12.8 %); Guadalupe, Nuevo León (13.2 %); Miguel Hidalgo, Distrito Federal (14.3 %); San Pedro Garza García, Nuevo León (15.2 %); San Sebastián Tutla, Oaxaca (16.7 %); San Pablo Etla, Oaxaca (17.3 %); Apodaca, Nuevo León (18.0 %); Corregidora, Querétaro (18.7 %), y San Juan de Sabinas, Coahuila (19.0 %).
Los municipios con el mayor número de personas en pobreza en 2010 fueron los siguientes: Puebla, Puebla (732 154); Iztapalapa, Distrito Federal (727 128); Ecatepec de Morelos, México (723 559); León, Guanajuato (600 145); Tijuana, Baja California (525 769); Juárez, Chihuahua (494 726); Nezahualcóyotl, México (462 405); Toluca, México (407 691); Acapulco de Juárez, Guerrero (405 499), y Gustavo A. Madero, Distrito Federal (356 328).
De acuerdo a estos datos se encuentran en los primeros lugares municipios que pertenecen al estado de Oaxaca: San Juan Tepeuxila, Oaxaca y San Simón Zahuatlán, Oaxaca.
En el año 2012, el estado de Oaxaca con respecto de las 32 entidades ocupó el tercer lugar en porcentaje de población en pobreza y en porcentaje de población en pobreza extrema. Por lo tanto, Oaxaca se ubica dentro de las cinco entidades con mayor pobreza en el país. El total de la población en situación de pobreza y pobreza extrema a nivel estatal equivale a la suma de la población en situación de pobreza y pobreza extrema (CONEVAL, 2012). En 2010, del total de la población que habitaba en el estado, 67.4 % se encontraba en situación de pobreza, es decir, 2 566 157 personas de un total de 3 807 784 tuvieron al menos una carencia social y no tuvieron un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades básicas; el promedio de carencias de esta población fue de 3.2 %. El 29.8 % del total de la población del estado se encontraba en situación de pobreza extrema, lo que significa que 1 135 230 personas tuvieron tres o más carencias sociales y no tuvieron un ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria; el promedio de carencias de esta población fue de 4.0 %.
De lo anterior se deriva que el porcentaje de población en situación de pobreza moderada fue de 37.6 %, es decir, 1 430 927 personas, quienes tuvieron en promedio 2.6 carencias. Para 2010, el porcentaje de población vulnerable por carencia social fue de 22.4 %, lo que equivale a 852 654 personas, las cuales aun cuando tuvieron un ingreso superior al necesario para cubrir sus necesidades presentaron una o más carencias sociales; 1.2 % de la población fue vulnerable por ingreso, lo que equivale a 45 797 personas que no tuvieron carencias sociales pero cuyo ingreso fue inferior o igual al ingreso necesario para cubrir sus necesidades básicas. Por último, el porcentaje de población no pobre y no vulnerable fue de 9.0 %, es decir, 343 176 personas.

Por otra parte, los municipios que concentraron el mayor número de personas en pobreza son:
1. Oaxaca de Juárez, con 104 035 personas (30.9 % de su población).
2. San Juan Bautista Tuxtepec, con 84 213 personas (56.2 % de su población).
3. Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza, con 47 662 personas (60.2 % de su población).
4. Salina Cruz, con 42 424 personas (46.1 % de su población).
5. Santa Cruz Xoxocotlán, con 38 207 personas (50.4 % de su población).
6. Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, con 35 838 personas (82.5 % de su población).
7. Heroica Ciudad de Huajuapan de León, con 35 601 personas (52.7 % de su población).
8. Santiago Pinotepa Nacional, con 35 042 personas (73.3 % de su población).
9. Miahuatlán de Porfirio Díaz, con 32 551 personas (76.3 % de su población).
10. Acatlán de Pérez Figueroa, con 31 217 personas (74.9 % de su población).

Conclusiones
Una vez determinada la medición de la pobreza comienza el diseño de las políticas, las cuales se denominan política social debido a su finalidad de atender y en la medida de lo posible ser el instrumento para resolver la problemática social o la que se presenta en los componentes de la medición utilizada.
En México, la política social tiene su principal referente en la etapa posterior a la Revolución Mexicana, asumiendo un carácter paternalista en el periodo del Estado benefactor, lo cual implicó un alto costo para este; sin embargo, a partir del proceso industrializador del país y su consecuente apertura económica, se mejora su diseño.
A partir de lo observado en la investigación, estas políticas no han sido suficientes para reducir los niveles de pobreza dado que en los principales municipios del estado de Oaxaca se sigue viendo un alto porcentaje de pobreza. Por su número de habitantes se pueden catalogar como zonas urbanas a Villa de Tututepec de Melchor Ocampo con 82.5 % de pobreza; Miahuatlán de Porfirio Díaz con 76.3 %; Acatlán de Pérez Figueroa con 74.9 % y Santiago Pinotepa Nacional con 73.3 %. Por otro lado, la que presenta menor número de pobres es la ciudad de Oaxaca de Juárez con 30.9 %.
La pobreza intergeneracional ha persistido en el estado de Oaxaca desde hace más de dos décadas. Aunque en algunos de sus espacios geográficos dicho problema ha disminuido, en otros ha aumentado, lo que hace suponer un traslado de la población rural al área urbana, incrementando el número de pobres de las ciudades.

Bibliografía
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Barahona, M. (2006). Familias, hogares, dinámica demográfica, vulnerabilidad y pobreza en Nicaragua. Santiago de Chile: Naciones Unidas.
Boltvinik, J. (2003). Tipología de los métodos de medición de la pobreza. Los métodos combinados. Revista comercio exterior, p. 454.
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Dubois, A. (13 de Julio de 2014). Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo. Obtenido de Pobreza urbana y rural: http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/174
Feres, J. C. (1997). Notas sobre la medición de la pobreza segun el método del ingreso. CEPAL, pp. 145-163.
SEDESOL (7 de Julio de 2014). Secretaría de Desarrollo Social . Obtenido de Marco estadístico nacional: muestras de hogares y establecimientos: http://www.inegi.org.mx/rne/docs/Pdfs/Mesa5/19/JavierSuarez.pdf